"A la familia no la elegimos"... Frase que se escucha no pocas veces. Eso lleva a otra cuestión: a las demás personas que nos rodean, con las que compartimos nuestros días, nuestras tristezas y alegrías o lo que nos apetezca que conozcan de nosotros, sí. Amigos, novios y amantes, todos ellos son elegidos por nosotros, y es por ello que se ha de realizar una buena elección.
Para un poder que tenemos en nuestras manos, que influenciará considerablemente en nuestras vidas, no debemos dejarlo en manos de la elección de otros, del azar, ni aceptar a cualquiera que en nuestro camino se cruce. Mirar bien quién es la persona que está a tu lado, cómo de negra es su alma y sus intenciones, y si quieres tenerla acompañándote en tu camino; analizar su forma de ser y descubrir si es afín a la tuya o si quieres que por cómo es esté o en tu vida o no, es el camino que se ha de tomar.
Cometeremos errores, pero sólo así aprenderemos de ellos y evitaremos unas cuantas piedras que en nuestro camino se van a tratar de cruzar.